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lunes, 28 de febrero de 2011

Something's gotta change

Algo tiene que cambiar, lo se pero, ¿Qué?
Habría muchas cosas que cambiar, infinitas pero a la vez, se que en la imperfección se encuentra la felicidad, así pues, debería ser interminablemente feliz. Esta claro que necesito algo, no se a quién necesito, cómo, cuándo ni dónde, pero se que hay algo que me encantaría tener, algo tuyo, algo que tarde o temprano conseguiré rozar con mis dedos, es un propósito que debo cumplir.
No tengo bastantes motivos para escribir, o si los tengo, están desordenados en alguna región cerebral que desconozco, probablemente sea lo segundo ya que mi vida en sí es un desorden descomunal en sí. Si me pusiera a recapitular amores perdidos, momentos mágicos o incluso trágicos podría escribir un nuevo diccionario, pero ese no es mi propósito, además, hay veces que es mejor no desenterrar viejos fantasmas del pasado.
Puede que de aquí a unos blogs, me plantee dar paso a mi imaginación y contar cosas que nunca existieron y quién sabe si existirán, pero ni siquiera se por que cuento esto, nunca sabréis si mis escritos son algo real o, por el contrario, falsos sentimientos creados para esta vomitona literaria. Es más, nadie ha dicho que sienta lo que escribo o que escribo lo que siento, ni yo misma se lo que pasa por mi cabeza ahora mismo, esa es la razón  de mi bloqueo sentimental.
Hay un colapso de ideas, pensamientos y sentimientos, no se donde estoy ni a donde voy, pero a su vez, tengo tan pocas ganas de deshacer esto que creo que he conseguido encontrar un estado de equilibrio, ¿Extraño verdad? Bueno, nadie ha dicho que fuera normal.

viernes, 25 de febrero de 2011

With or without you.

Ayer había suficientes motivos para escribir, pero no la fuerza suficiente. Es por eso por lo que, tras tres años, aún se me ponen los pelos de punta cuando te recuerdo. Te echo de menos, mucho, más de lo que te puedas imaginar, echo de menos tu protección, que en estos momentos me habría ahorrado bastantes malos tragos. Nuestros especiales paseos por Antón Martín aún son, en mi memoria, uno de los recuerdos más dulces, que me cogieras la mano y yo sonriera, esa sonrisa que tanto te gustaba, tus ojos siempre me lo decían.
Eso era lo que me gustaba de ti, no necesitaba hablarte, verte ni sentirte para saber que donde estuvieras, estarías pensando en mi y, por supuesto, yo en ti. Tras un año sin ti, todos estos recuerdos me parecen irreales, aún no puedo creer que haya sido tan feliz, gracias a ti, a tu increíble forma de ser y a esa mirada que hacía que no necesitáramos palabras para hablar.
Creo que no hace falta decir que siento todo lo que fue después, aunque creas que no, lo he pasado tan, o incluso más mal que tú, pero últimamente hay algo en mi que me lleva a ser feliz, no se que es, pero ahí está, por lo que dejaré de castigarme y cuando recuerde esto, no lloraré, todo lo contrario, daré mi mejor sonrisa, porque tú te la mereces, ya que tú me enseñaste a sacarla. Dejaré los últimos meses atrás y me acordaré de todos los momentos que aún me parecen utópicos, mágicos, que solo podrían haber sido así contigo.
Siempre te querré, lo sabes.

miércoles, 23 de febrero de 2011

I've been thinking about you.

Puede que os halláis dado cuenta de mi abandono, puede que no.
He estado escribiendo cosas más importantes, que podrían llegar a algún sitio o podrían acabar en la basura de mi cuarto, de momento ahí están, en una carpeta del ordenador cuyo nombre me recuerda a ti, mi inspiración.
En realidad no sabía de que escribir, tengo bastante imaginación, pero también estaba demasiado vacía. Además, este jodido frío no me dejaba pensar tranquila, por fin el clima se estabiliza y he podido cambiar la bufanda y el gorro por mi gabardina preferida.
El principal motivo de mi regreso a la escritura ha sido una pregunta que pasó por mi cabeza hace unos minutos de regreso a casa tras una tarde de cine, ¿Realmente dispongo de tanto tiempo como creo? Siempre he pensado que hay tiempo para todo, que es lo único que tengo, tiempo, pero, ¿Realmente es así? Creo que estaba equivocada.
Puede que tenga mucho tiempo, eso es cierto, pero también tengo muchos planes, quiero viajar por todo el mundo, leer cosas desconocidas, aprender todo lo posible, disfrutar hasta no poder más, reír hasta que no me queden fuerzas, amar loca y descontroladamente, emborracharme hasta perder el control, gritar al mundo locuras ilegibles y ser feliz, sobre todo ser feliz. Cuando demuestras que eres feliz nunca hay demasiado tiempo, disfrutas tanto que no quieres que acabe jamás.
¿Será mi vida así a partir de hoy? Quien sabe, no me gusta planificarlo todo ni tampoco me pagan por ser vidente, como siempre digo, lo que tenga que pasar, pasará, eso sí, lo disfrutaré hasta el último momento y con todas mis ganas.

lunes, 21 de febrero de 2011

And the clean coming will hurt.


¿Estabilidad? Puede que lo esté consiguiendo. Ahora tú solo eres un punto más del guión y no el argumento principal. Puede que sea verdad que la distancia hace el olvido, pero siempre pensaré que esto podría haber salido bien y espero que encuentres a alguien con una personalidad tan encantadora como la tuya.
Se acabaron los agobios por los exámenes y aunque aún haya cabos sin atar empiezo a controlar la situación que me rodea. Sigo pensando que me falta algo, quizás seas tu o quizás solo sea una forma de pegar todas las cagadas que he hecho, no lo se, tampoco me importa.
Tras un fin de semana de abandono he vuelto a mi principal preocupación, sacar de mi algo que merezca la pena, y de momento no va tan mal como lo anterior, aunque creo que nunca conseguiré dar de mi todo lo que tengo.
Lo que tenga que pasar pasará, seguiré contando mis pensamientos más íntimos y pensando en lo que no fue pero podría haber sido.

domingo, 20 de febrero de 2011

I'll be there.


El abuso de altas expectativas suele llevar a la decepción. Nada salió como lo planeamos, ni el tiempo ni las circunstancias se adaptaron a los planes. Creíamos que nos íbamos a comer el mundo, pero fue el mundo el que nos comió a nosotras. Aún así, esa noche no la cambiaría por nada, estuvimos todas, juntas, como en los viejos tiempos, compartimos penas y alegrías, bailamos desenfrenadamente,  nos reímos como si fuera el último día juntas, demostramos que nos queremos más que a nadie.
Pensándolo bien no fue una cagada tan grande como pensamos, estuvimos contigo, como queríamos, y aunque predominaron los malos momentos hubo momentos realmente emotivos y bonitos. Rememoramos todas nuestras locuras, que han sido muchas y muy intensas y aunque no tuvo el final más indicado siempre lo recordaremos.
Una noche en la que fui fuerte, me centré en lo realmente importante y no pensé en ti tanto como normalmente. Ya sabéis que es gracias a vosotras, a vuestras tonterías, vuestra locura y vuestra increíble forma de ser. Siempre seremos una.
Os quiero muchísimo.

sábado, 19 de febrero de 2011

Friendship never ends.


Sábado, me salté el Viernes. Estos días han estado controlados por incomprensibles trabajos y prometedores preparativos para un importante acontecimiento. Puede que cumplir un año más sea una soberana estupidez, pero bueno, nadie ha dicho que seamos portentos. Hoy vamos a sacarte una sonrisa, lo se, se que lo has pasado mal, que no estás viviendo tus mejores momentos, pero sabes que estamos ahí a un paso de ti, literalmente. Siempre serás la nota de alegría que da vida a nuestra amistad, quiero que siempre lo tengas en cuenta, pequeña.
Por fin algo que me hace romper la monotonía que tanto odio y que últimamente me caracteriza. Hoy será un día importante en el calendario de mi vida, lo presiento, hoy vas a ser tú la protagonista, no tú, ni tú. Aún nos queda tiempo para hacer las típicas bobadas infantiles, de reírnos sin motivo, de disfrutar hasta la saciedad, de ser nosotras, sin que nada ni nadie lo impida. Adoro que seamos así todas, tan diferentes y parecidas a la vez, tan especiales e insustituibles.
Se que hay muchas cosas que no merezco, una de esas sois vosotras, se que siempre vais a estar ahí, junto a mi y eso es una de las cosas que más aprecio de mi actual vida. Unas tontas palabras que probablemente ni leeréis pero ya sabéis que no se me da bien expresar lo que siento, aún así,  prometo que hoy tendréis mi mejor sonrisa.
Os quiero muchísimo.
Por cierto, felicidades Ángela.

jueves, 17 de febrero de 2011

So slow.


Otro día más aporreando el teclado de mi viejo ordenador. Otra vez más me he propuesto empezar algo, algo diferente, con ilusión, con ganas, la tercera cosa que empiezo en este mes. ¿Algún día seré capaz de acabar algo? Todos los caminos me llevan a dudarlo bastante.
Empiezas a escribir, con una imaginación descontrolada, una palabra tras otra, separadas por una coma y acabadas con un punto. Crees estar haciéndolo bien, piensas que puede merecer la pena. Acabas esa frase, la lees y te parece la mayor mierda que has visto nunca. Suponiendo que se aprenden de los errores cuando acabe por fin algo tendré más conocimientos que un diccionario enciclopédico.
A veces pienso que nunca voy a ser capaz, pero sigo insistiendo, hay momentos en los que solo los ilusos insistirían, siempre fui una ilusa. Hay otros temas en los que no debería insistir, todo se me hace monótono y me hace sentir que el hoy solo son las sobras del ayer, aunque nunca recuerdo haber querido olvidarte tengo que dejarlo a un lado, supongo que al menos me servirá para escribir, tal y como siento.
Solo voy a dejar a los malos recuerdos apoderarse de mi tinta y mi papel, esa será mi vía de escape.
¿Empieza un nuevo capítulo o es otra vuelta sin sentido sobre el mismo eje? No lo se, tampoco deseo saberlo. Lo que tenga que pasar, pasará. Puede que todo esto me supere y acabe volviéndome loca, pero bueno, todos tenemos derecho a volvernos locos alguna vez.

miércoles, 16 de febrero de 2011

A perfect place to start.


Empezar todo de nuevo, ¿Algún día lo conseguiré? Está claro que hoy no es ese día.
Otro gélido y lluvioso día, invadido por estúpidos problemas matemáticos que me sacan de quicio, pero está claro que ninguno será tan complicado como llegar a entender lo que sientes. Mi vida es jodida y desagradable a veces, está claro que hoy ha sido uno de esos días.
Este año ha sido tan repulsivo como puede ser una montaña rusa para un acrofóbico, además, estos últimos días parece que se acabó el combustible de mi vagón y nunca más subiré. Alguna vez aceptaré que tengo miedo, un miedo tan grande que creo que no me podré enfrentar a él, mientras tanto seguiré con esta vomitona de incongruentes pensamientos.

martes, 15 de febrero de 2011

Don't even try and cheer him up, because it just won't happen.


Esto no va a acabar aquí, ¿De verdad lo crees? Ojalá fuera cierto.
Otro día más, otro día con un frío de cojones que hace que temas salir a la calle por posible muerte por congelación.
Un día más escribiendo esta mierda, probablemente sea una pérdida de tiempo pero es lo único que tengo, tiempo y la cabeza llena de incoherentes y enrevesados pensamientos que no llevan a ningún sitio. Además no soy de las que sufren en silencio, sufro bastante ruidosamente y pienso que de todo este cúmulo de porquería alguna vez podré sacar algo que merezca la pena. Aunque me invadan las ganas de ocupar mi mente con pensamientos totalmente distintos a estos, algún día tendré que plantarles cara y probablemente no saque nada en claro. Siempre he pensado que el intento es el primer paso hacia el fracaso,  pero hay algo que me incita a hacerlo.
¿Qué sería de todo esto si tu cambiaras tu filosofía? Creo que nada sería igual. Hay veces que el dolor mantiene unidas a dos personas, una vez que la necesidad de hacer daño desaparece, desaparece todo tipo de unión existente. Siempre he pensado que algo en mi cabeza no funciona bien, creo que lo demuestro habitualmente, me gustas así, con tu manías, tus cambios de humor, tu ignorancia. Además, en el hipotético caso de que eso no fuera lo que me gusta de ti ¿Qué sentido tendría desear algo que nunca va a pasar? Absolutamente ninguno, pero bueno, alimentarse de una felicidad inexistente es gratis, y eso se puede decir de muy pocas cosas en este vida, así que alguna vez me permito pensar en ese posible cambio. También he meditado sobre el posible caso de que te alejaras de mi, el problema es que cuanto más lejos estás de una persona más fácil te es darte cuenta de los sentimientos y creo que a mi me sería imposible sentir más de lo que siento.
Hay momentos en los que sientes que un agujero se abre en medio de tu universo, está claro que la mejor solución no serían los engaños ni las patrañas que estoy empleando para taparlo, pero nadie debería preocuparse por mi, creo que tengo lo que me merezco.
Algún día tomaré alguna decisión lógica, mientras tanto, seguiré en este puto limbo, soltando un puñado de frases sin sentido, como cada noche.

lunes, 14 de febrero de 2011

47 minutes ago.


Fuera llueve y hace frío, creo que hoy el día se asemeja bastante a mis sentimientos. Hace días que no se nada de ti y ni siquiera tengo la capacidad de saber si es lo que me gustaría. Ocupas cada resquicio de mi pensamiento, desfigurando mi sistema nervioso, como la enfermedad más dulce que jamás he sentido y aun así eres como una droga para mi, nada me resulta más fascinante que tu mirada, tus intensas palabras, tus encantadoras caricias.
No es la primera vez que irrumpes en mi vida y creo que no será la última, serás el virus que me perseguirá toda mi vida y eso me resulta jodidamente atrayente. Creo que ambos estamos igual de locos, tu por actuar como actúas y yo por creer que algún día podré ser esa misteriosa chica de la que tanto he oído hablar. Me consuelo pensando que algún día olvidarás esa intensa historia de amor y yo estaré allí a tu lado, pero resulta realmente duro pensar que en realidad a una persona así nunca se la olvida y menos si no quieres olvidarla.
He hecho balance de lo que me has dado en el poco tiempo que he estado contigo, a tu lado, que he podido rozar tus encantadores labios y escuchar tu melodiosa voy y joder, me lo dabas todo con unas estúpidas palabras de mierda. ¿Cómo has podido hacerme volver a sentir? ¿Realmente siento lo que siento o simplemente quiero aferrarme a esta locura para sufrir lo que me merezco? Creo que no lo sabré hasta que pase. Aún así, no voy a dejar que esta situación me maneje, se que nuestras vidas están ciertamente vinculadas de algún modo u otro y si no es en esta, te veré en la próxima estación, con el más dulce de los besos o la mayor de las decepciones, pero se que voy a estar allí, por desgracia. Como tú me dijiste, esto no va a acabar aquí.

14th February





Quizás no debería estar escribiendo esta entrada ya que, desde mi punto de vista, sería darle una importancia inexistente, pero realmente tenía ganas de soltar un puñado de palabras sobre este cargante día.
Cada año el mismo cúmulo de estupidez, una veloz búsqueda para evitar la soledad que, a los que no somos tan "afortunados", nos produce este día. Y yo pienso quien será el más agraciado, el que está solo pero tiene los pies en la tierra o aquél "enamorado" que necesita echar mano del consumo para demostrar su amor. 
Cada uno puede pensar lo que quiera acerca de este día, mi sabiduría a medio cocer no debería influir ni mucho menos en nadie, pero llegará un día en el que solo serán felices los días manejados por los grandes almacenes y la única forma de demostrar el amor será materialmente. ¿Dónde quedó el te quiero de cada mañana? En el amor no se puede recuperar el tiempo perdido, debe ser mimado cada día, tendría que ser una ilusión y no una obligación, como nos están haciendo creer. 
Los astutos comerciantes nos meten ideas irreverentes en la cabeza, distorsionan nuestra percepción y nuestro sentido de la cordura. Nos hacen creer que estamos realmente enamorados, cuando en realidad solo estamos enamorados de la idea del amor.
Alguien que realmente está enamorado no necesita unas flores mustias ni una caja de bombones rancios, lo que realmente necesitas es amor, amor puro, amor inmaterial. En mi opinión, quien se conforma con el típico cutre osito de peluche, no sabe lo que esto es, si de verdad hubiera un día en el que el amor tuviese que ser especialmente demostrado, esa no sería la mejor manera.
La gente que celebra este "acontecimiento" y se alimenta de un pseudosentimiento inexistente algún día descubrirá esto, mientras tanto, seguirán embelesados con fingidos te quieros, horteradas múltiples y toda la vorágine de estupidez que rodea este día tan particular.
Mientras tanto yo seguiré escribiendo como cualquier otro día, hoy no te echaré de menos, no dejaré que lo consigan, seguiré pensando cuerdamente sin dejarme manejar como una ridícula marioneta y pensando diferente a los demás, para que al menos quede una ínfima posibilidad de que este cúmulo de idiotez sea erradicado.

domingo, 13 de febrero de 2011

After all.


Un año ha pasado después de todo, de cada caricia, cada abrazo, cada mirada que hacía que todo mereciese la pena. Ese tiempo en el que la más mínima expresión del otro era un complejo rompecabezas que tenía una dulce respuesta, en el que me sentía enormemente apreciada.
Un año de echar todo de menos, de soñar cada noche con que todo volviese al principio, de volver a querer estar en ese lugar tan mágico que solo tu y yo conocíamos. Un año intentando ocultar que has sido y siempre serás un punto indispensable en mi vida, y no algo insignificante, como yo quería que fueses. De pensar como se fue todo a la mierda, por mi culpa, porque soy una experta en joderlo todo, por no saber crecer contigo, por cambiar tanto que ni yo misma llegaré a reconocerme.
Se que te hice daño, piensas que esto no es algo trascendental, pero créeme cuando te digo que haría lo que fuese para que nunca me hubieses conocido, para no haber jodido tu vida y eso que se que ahora soy lo que soy gracias a ti. Por esto puedo decir que comprendo mil cosas, mil emociones inconcebibles, irreales, increíbles. Me has hecho experimentar sensaciones insólitas, sentir que de verdad valía para algo.
Un día pensé que con solo pensar en ti podría tocar las nubes, pero me equivoqué al no darme cuenta que las nubes estaban a años luz por debajo de nosotros, esa pudo ser una de las razones por las que todo se fue a la mierda. La vida es una equivocación tras otra, las cosas nunca suelen salir bien.
No tengo nada para darte, ahora soy como un muñeco, lo único que tengo en mi interior es relleno inanimado, esto es lo único que puedo decir, incoherentes y estúpidas palabras. Las palabras escritas siempre se toman con mayor importancia, así que espero que con esto comprendas que has sido importante en mi vida.
Creo que nunca tendré el valor de decirte esto a la cara, aún no puedo pensar en ti sin que una lágrima asome por mi mejilla, pero créeme que jamás olvidaré nuestros largos paseos por gran vía ni esa sonrisa que tanto me gustaba.

All you need is love?

El amor, un sentimiento encantador a la par que nefasto. Es el sentimiento más funesto, pero a la vez, el único que consigue hacernos olvidar la vorágine que nos rodea. Puede hacernos volar, darnos la vida, una razón para existir y a su vez una para no hacerlo. Es capaz tanto de llevarnos a lugares mágicos como de aislarnos en un lugar solo existente en nuestra imaginación. Nos enseña a valorar a otra persona como el bien más preciado,  pero a su vez es una bomba de relojería que no sabes en que momento detonará.
Amor, cuatro letras que pueden dar sentido a nuestra existencia o arruinarnos la vida, pueden hacernos soñar o hacer de nuestra vida una pesadilla. Es una enfermedad que nos persigue, que nos arrastra hasta su terreno con un atractivo señuelo para después destrozar lo poco que realmente merece la pena, y somos tan insensatos que aún sabiendo lo que nos puede pasar caemos en sus manos, nos dejamos envolver por su atractivo, bailamos entre sus brazos e incluso soñamos con caer enfermos algún día. A su vez puede ser una luz al final del túnel, ese resquicio de felicidad que nos puede devolver la vida, algo muchas veces sobre valorado, otras muchas menospreciado, pero siempre tenido en cuenta.
Al igual que un artista se alimenta de su público, un payaso de sonrisas o un ordenador de electricidad, todo ser humano tiene la necesidad de amar, hay muchas formas de hacerlo pero siempre tenemos la necesidad de ir a más, de conseguir lo mejor, por eso no nos conformamos hasta que logramos un amor incondicional.
Puede ser definido desde distintos puntos de vista, se podría considerar como un sentimiento relacionado con el apego resultante de una serie de emociones, pero lo solemos asociar con el amor romántico, definir con exactitud este sentimiento sería como resolver la conjetura de Goldbach, algo por lo que más de uno perdió la cabeza; aunque todos creemos saber lo que es, en el momento de la verdad nadie es capaz de explicarlo. Gottfried Leibniz definió una vez este sentimiento como “encontrar la felicidad de otro en tu propia felicidad”, pero, ¿Qué pasa cuando esa felicidad se vuelve enfermiza, te obsesiona y no te deja vivir? Por ese motivo esta definición es tan ardua y compleja.
Siempre se ha dicho que la raza humana es la más inteligente, aunque habitualmente mostramos ser más necios que un mosquito,; con frecuencia, la persona que puede hacer que nuestro mundo gire está a nuestro lado, es aquél chico  que va todos los días a tu lado en el tren, tu mejor amigo, tu vecino o incluso el dependiente de la tienda de al lado. Nos obsesionamos con buscar un amor sublime, ese ideal regido por los cánones de belleza establecidos en la sociedad cuando en realidad el amor es algo imperfecto. Te enamoras de lo que la persona es en si, por eso dicen que cuando estás enamorado el mayor de los defectos es algo esplendoroso para ti.
Aristóteles dijo que si nosotros fuésemos una flecha y la vida una diana, en el camino de la flecha hacia la diana habría solo un punto para acertar y muchos para equivocarse; el amor es igual, la raza humana asiduamente tropieza dos veces en la misma piedra, en lo referente al amor los tropiezos serían innumerables, sería como andar por un desfiladero considerablemente accidentado sin ninguna protección, a sabiendas de que hay una posibilidad entre un millón de llegar con vida. Es como jugar a la ruleta rusa, como saltar desde un 5º piso sin paracaídas, como inhalar monóxido de carbono, es algo que nos come por dentro pero que a su vez se nos presenta como la droga de diseño más potente jamás creada.
Aunque el amor pueda quitarnos la vida seguimos considerándolo el más importante de los sentimientos, la llave de nuestra felicidad y es por eso que nos enredamos en él, nos gusta caer en su dulce engaño y aunque sabemos lo que hay detrás siempre consideramos que una vida sin amor no es vida. Dicen que cuando estas con la persona a la que amas no necesitas nada más, que cada milésima de segundo a su lado es más importante que una vida entera sin él, el instante en el que vuestros dientes se rozan por una milésima de segundo es el recuerdo al que siempre acudes en momentos de flaqueza, pero también se sabe que del amor al odio sólo hay un paso.
En mi opinión, lo contrario al amor no es el odio, sino la indiferencia, el odio nos hace sentir algo por esa persona, lo que de un modo u otro, nos remite a pensar en él, por el contrario la indiferencia muestra que su existencia es totalmente insignificante, que tu mundo seguiría girando si en ti no hubiera ni un mínimo resquicio de esa persona, ese es el momento en el que el desamor pasa a un primer plano y cuando realmente nos damos cuenta de lo necios que hemos sido.
La gente siempre tiene miedo a perder a la persona amada, pero, si realmente has amado a una persona, nunca la pierdes ya que la memoria de todos los conmovedores momentos a su lado es imborrable. Todas las vivencias nos ayudan a construir lo que realmente somos por lo que no deberíamos arrepentirnos de las frustraciones amorosas, sino que deberíamos aprender a ver lo bueno y a gratificar los buenos momentos adquiridos.
El amor con frecuencia es algo temporal como una estrella fugaz, algo efímero pero que merece la pena presenciar. Es el clímax de los sentimientos, el culmen de la belleza, la más mortífera de las enfermedades…
¿Merece la pena enamorarse? En mi opinión, sí. Porque la vida no es sólo sobrevivir, ir por la vía más sencilla, sortear los problemas y eludir las responsabilidades. Es algo más que eso, es como un rompecabezas en el cual la vía más fácil para resolverlo es enamorarse.
El amor es tan enrevesado como la más difícil de las decisiones, no entiende de edad, de estamento ni de ideologías, el amor es libre, nunca sabes cuando va a llamar a tu puerta, si te esperará en clase, en el supermercado o escondido en tu armario con esos ojos profundos que nos hacen caer en la locura. Eso sería un mérito inimaginable ya que aunque muchos hablan de él, pocos afortunados pueden afirmar con total sinceridad que han seducido al amor, que han sobrevivido a su hechizo y que aunque millones de cosas increíbles se presentaran delante nada podría superar su majestuosidad.
El amor da un nuevo sentido al tiempo, distorsiona nuestra percepción, hace que las horas, los minutos y los segundos sean insustanciales, que lo realmente trascendental sea el interior, como que cada latido sea tan significativo como una vida entera aún durando sólo unas milésimas de segundo.
Es el origen de todo, tanto de la felicidad como de la desesperación, de nuestros sueños y de nuestras pesadillas, de todo lo realmente primordial. Sin duda el amor mueve montañas, mundos e incluso universos.
Cuando el amor entra en tu vida se convierte en un parásito que se alimenta de tus pensamientos, tanto de los fríos como de los más calientes y sinuosos. se mete por tus entrañas, desde que despierta el primer rayo de sol hasta que cae la noche. Actúa en tu organismo, descontrolando sus funciones, creando náuseas y quebraderos de cabeza. Se alimenta poco a poco de los recuerdos almacenados en tus regiones cerebrales, royendo tu tejido nervioso hasta convertirlo en delicados hilos para poder manejarte cual marioneta, creando una pseudo amnesia que hace que lo único significativo sea él.
El amor es como el más mortífero de los cánceres, cuyas células cancerígenas matan cada resquicio de cordura en tu interior, y luego dañan tus órganos hasta dejarte indefenso, sin nada significante. Es como la esclerosis lateral amniotrófica, degenera todas las células de tu sistema nervioso hasta dejarte más desamparado que un recién nacido, para finalmente acabar contigo.
Todo amor deja en tí una enorme mancha de grasa que ni el mejor de los detergentes podría eliminar. Es uno de los mayores tóxicos imaginables y a su vez el néctar más dulce que alguien podría probar, como un concentrado de azúcar envenenado, como quedar atrapado en las atractivas geométricas formas de una tela de araña.
                Nos hace perder la cordura, nos hace olvidar el sentido horario, hace que alimentemos el futuro de un pasado que desearíamos que fuera inexistente y a su vez es lo más soberbio que nos podría pasar nunca. Hace que alimentemos nuestro subconsciente de cosas utópicas que probablemente jamás ocurrirán, nos hace actuar como seres descerebrados pensando que nuestro futuro podrá asemejarse a nuestro pasado a sabiendas de que solo existe una ínfima posibilidad.
No es una palabra, es lo que hay detrás de ella, esta encierra alegrías y tristezas tan impetuosas que solo se pueden describir torpemente con un puñado de palabras absurdas que ni aún escritas por un prestigioso literato llegarían a tener un mínimo de significado para las personas que realmente lo conocen. Es por eso que el amor de verdad no necesita una sola palabra, solo necesita miradas, caricias, las formas más simples de expresión que pueden convertirse en verdaderas obras de arte.
El amor de verdad se ve sin ojos, se siente sin tacto, se huele sin olfato, y se saborea sin gusto. Es algo independiente a lo sensorial y a su vez lo que nos puede hacer percibir las más variadas y destacadas experiencias sensoriales. El amor verdadero no es como un yogur con fecha de caducidad, no se remite al tiempo o al espacio, es insustancial.
Este no puede ser ocultado ni fingido, duele tanto que ni el mejor maquillaje, la más rocambolesca de las caretas o la más cara de las operaciones podría ocultarlo. A su vez una felicidad tan suprema no puede ser fingida si no es conocida, ni el actor mejor pagado sería capaz de interpretar un papel tan sencillo para unos e imposible para otros.
El hombre siempre va en busca de algo, que siempre hemos pensado que era dinero, éxito, sabiduría o poder, pero en realidad, lo único que busca es amor, esto sólo es una artimaña para defenderse del dolor, de los sentimientos, de la pasión y del dejarse llevar y vivir la vida como realmente queremos y no como nos dicen que debemos querer.
Cuando dos personas que se aman verdaderamente cruzan sus miradas, por sus venas fluye esa maravillosa magia que envenena hasta los corazones más fuertes, su cabeza se centra en lo que ha buscado siempre, no queda hueco para el pensamiento ya que si empleáramos la razón huiríamos despavoridamente. Justo en ese momento en el que nace la belleza todo lo demás se desvanece, pierde la trascendencia y lo único que sinceramente importa es ese momento, el pasado y el futuro quedan comprimidos en un ínfimo recuerdo para dejar paso a ese segundo que puede significarlo todo. Ese momento en el que alguien al que no considerabas relativamente importante pasa a ser tu mundo.
El hombre habitualmente demuestra su falta de inteligencia en este campo ya que nos gusta experimentar, usar y tirar, renovarlo todo, es así como a veces teniendo lo mejor que podríamos obtener en nuestra vida lo dejamos, denotando nuestra soberana estupidez ya que en esta “moderna” sociedad conservar es sinónimo de fracaso. Lo que realmente es un fracaso es que tan asiduamente seamos incapaces de pensar con un mínimo de coherencia.
                Intentamos lograr abstraerlo de nuestra mente aún a sabiendas que es una total pérdida de tiempo, cuando el amor te persigue lo puedes encontrar acurrucado en tu cama, en el televisor o susurrándote a cada instante. Cuando éste realmente te atrapa puede construir una mansión en tus entrañas sin que te inmutes y vivir gratis en tu cabeza sin pedir permiso.
                Es una cicatriz imborrable, una herida tan profunda que nunca encontraremos su final, es tan adictivo que aunque nos percatemos del sufrimiento tal vez no queramos olvidarlo, como un virus al que nunca encontrarán cura, o una enfermedad en un país tercermundista. Es un círculo vicioso de imágenes repetitivas que nos acosan constantemente haciéndonos perder la cabeza, es un cúmulo de detritos que nos impiden reaccionar y buscarle a todo un sentido. Es una bomba que sabes que algún día explotará dentro de ti. El arma más sofisticada, que aunque en segundos pueda acabar con nosotros es tan atractiva que merecería la pena arriesgarse.
                Debería ser una única variable rodeada de muchas más, no una tormenta que nos sacude, un relámpago que nos atraviesa, sentimientos sensorialmente agradables pero vacíos. Es el sentimiento más egocéntrico, busca el protagonismo, quiere succionarnos hasta dejarnos como un saco inerte de huesos, retorcernos las vísceras, encharcarnos los pulmones, taponar nuestras arterias.
                Nunca se sabe lo que puede pasar en el amor pero pocas veces los esfuerzos son lo suficientemente fructíferos; el amor nunca tiene suficiente, siempre reclama más y más de nosotros, dejándonos indefensos frente a un abismo.
A la hora de la verdad somos tan cobardes que aunque tuviéramos al amor enfrente de nosotros no seríamos capaces de levantar la mano tan siquiera para defendernos, siempre guardamos en el fondo de nuestra persona los resquicios de felicidad y esta felicidad es tan vigorosa que por ella merece la pena quedar totalmente indefenso.
                Incesantemente malgastamos nuestra vida buscando el amor, todo va pasando delante de nuestras narices, es tan difícil retenerlo como lo es mantener el agua en las manos. La vida fluye, el amor llega, nos puede esperar en el lugar más recóndito e inimaginable. Algún día llega, eso que siempre has soñado tocar con las yemas de tus dedos, pero hay momentos en los que es demasiado tarde y en los cuales lo que ganas es insignificante comparado con todo lo que has dejado pasar.
                Cuando el amor llega le entregas tu corazón sin pedir nada a cambio. Uno de los mayores errores humanos es que somos demasiado confiados. Siempre que vemos una amable sonrisa y unas palabras dulces nos dejamos cautivar, no pensamos en lo que podría pasar, y actuamos por inercia y sin meditar. Por eso nos afecta tanto, porque en el momento menos esperado saca su ira y de un golpe es capaz de dejarnos K.O.
                Cuando quieres a una persona la quieres antes de conocerla, la quieres incluso antes de existir. Es como si siempre hubiera estado allí, siempre había un hueco en el corazón que faltaba ser completado y esa era la pieza extraviada. Hay personas que realmente necesitan estar juntas, y al hacerlo pueden formar una unidad de perfección, que solo con su amor podrían alimentarse y que cualquier cosa por horrible que fuera, vista con los ojos de una persona que siente algo tan maravilloso y bello sería realmente extraordinario.
                Si el amor es real nunca una persona posee a la otra, simplemente se complementan tan majestuosamente que parecen ser uno solo, se complementan en total armonía. Cuando amas a alguien con toda seguridad no necesitas decirlo, la otra persona  lo sabe, pues no se necesita nada más que el corazón para amar a alguien perdidamente, lo demás son simples adornos que añadimos por nuestro gran afán de dificultar las cosas.
                Si pensamos con claridad, es nuestra mayor motivación. Siempre que sentimos algo así nos levantamos con una sonrisa radiante, nos sentimos centelleantes intentamos ir a más, progresar, crecer... Siempre que sentimos amor hacemos todo lo que está en nuestra mano y lo que no, para seguir flotando en nuestra nube.
Cuando se ama de verdad, hay que dejar a un lado la cordura, sumergirse en una locura colosal, dejarse llevar sin pensar en lo que pasará, en lo que no puede pasar, en lo que ha pasado y en lo que podría pasar. Hay que ser impulsivo, actuar y no dejar pasar las oportunidades.
Hay gente que piensa que puede entender el amor, yo pienso que ni en un hospital psiquiátrico la gente podría decir eso. El amor es el más complicado de los problemas, el mayor delirio existente, una enfermedad sin cura. Nunca nadie comprenderá que es realmente el amor.
Para aprender a amar hay gente que necesita una vida entera, pero en realidad sólo es necesario un instante para comprender lo que sientes. Es bastante paradójico entonces que sepamos amar pero no lo que es el amor.
 El amor es un frenesí de sentimientos, la más contradictoria de las contradicciones, una mezcla de disparates, un cúmulo de impetuosidad, el mayor conjunto de sueños y pesadillas, una de las cosas inexplicables, más horribles y más bellas.
El amor es amor, nada más.